Miguel Melendez Munhoz
Obras Completas
Llevan un pobre al entierro,
A un pobre todo virtud
Y un solo amigo, un perro,
Acompanha el ataud.
Con justicia, y no te asombres,
Dijo el filosofo Alfas,
<Desde que trato a los hombres,
estimo a los hombres mas>
(Juan de Dios Peza--Los ultimos
amigos).
Siempre mencionamos al hombre en primer termino i el perro despues, teniendo presente la antigua calificacion de animales <racionales> e <irracionales>: seres que razonan i seres carentes de la cualidad de la razon...
Pero no siempre el hombre tiene derecho a esa arbitraria preferencia. Es siempre el hombre, moralmente, superior al perro? Es capaz el perro de infligir al hombre el danho que este puede ocasionar a sus semejantes?
Se dira que precisamente, porque el hombre disfruta
del privilegio de la razon; porque posee las potencias
animicas cuya posesion nos negamos a conceder a los animales inferiores, esta capacitado para producir
el <bien> o el <mal>, mientras que todo el dinamismo de los actos de los seres irracionales, obedece, exclusivamente a sus instintos.
Cuando la bestia, que los sicologos suponen dormida o aletargada por los narcoticos culturales, en todo ser humano, despierta acuciada por los instintos, o salta, subita, atropellando las reglas sociales, la moral i la conveniencia, decimos que la <fiera> se ha revuelto dentro de la endeble prision del alma para asombrar i avergonzar la civilizacion.
Y tacitamente reconocemos que el hombre es bueno, mientras no se manifiesta como una bestia, o mientras la bestia que lleva siempre en la jaula de su alma, no rompa sus barrotes ideales y hace acto de presencia para atropellar algo; la amistad, el decoro,
la virginidad lilial de una doncella, la vida y la hacienda ajenas, o las instituciones sociales. Admitimos que el hombre deja de ser bueno, esto es humano, cuando se asemeja a la bestia, cuando no voluntaria, o involuntariamente, es incapaz de dominar la bestia que lleva presa, dormida, o inmovil, dentro de el, con los narcoticos de la cultura.
Pero por el contrario cuando se pretende elevar la categoria de alguna especie o de algun individuo reconocido como inferior al hombre en la escala zoologica se humanizan esas cualidades que les distinguen o les difencian de sus semejantes inferiores. Cuando el hombre o la mujer se producen en toda la plena expresion de sus instintos, cuando atropellan los principios i las normas establecidos para regular sus actos, los calificamos con los nombres distintos de cierta bestias:
Un hombre valiente, es un leon, un toro, un tigre...
Del vengativo, del que sacia su odio en su victima, se dice que es un chacal.
Del hipocrita, del taimado que adula a sus relacionados en su presencia y en ausencia les critica, o les calumnia se dice que es un zorro.
Del que hace el mal i aparenta no hacerlo o intenta disimular, o atenuar su danho, se dice que es como el raton: que muerde i sopla.
Y tacitamente reconocemos que el hombre es bueno, mientras no se manifiesta como una bestia, o mientras la bestia que lleva siempre en la jaula de su alma, no rompa sus barrotes ideales y hace acto de presencia para atropellar algo; la amistad, el decoro,
la virginidad lilial de una doncella, la vida y la hacienda ajenas, o las instituciones sociales. Admitimos que el hombre deja de ser bueno, esto es humano, cuando se asemeja a la bestia, cuando no voluntaria, o involuntariamente, es incapaz de dominar la bestia que lleva presa, dormida, o inmovil, dentro de el, con los narcoticos de la cultura.
Pero por el contrario cuando se pretende elevar la categoria de alguna especie o de algun individuo reconocido como inferior al hombre en la escala zoologica se humanizan esas cualidades que les distinguen o les difencian de sus semejantes inferiores. Cuando el hombre o la mujer se producen en toda la plena expresion de sus instintos, cuando atropellan los principios i las normas establecidos para regular sus actos, los calificamos con los nombres distintos de cierta bestias:
Un hombre valiente, es un leon, un toro, un tigre...
Del vengativo, del que sacia su odio en su victima, se dice que es un chacal.
Del hipocrita, del taimado que adula a sus relacionados en su presencia y en ausencia les critica, o les calumnia se dice que es un zorro.
Del que hace el mal i aparenta no hacerlo o intenta disimular, o atenuar su danho, se dice que es como el raton: que muerde i sopla.
continuara
dario apagad la luh
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